Lugar de encuentro: monte Sinaí
Esta edición de Generation Sinai nos lleva de vuelta al lugar donde todo comenzó, a la gran llanura del desierto a los pies del Monte Sinaí, donde nos encontramos con el evento más importante de nuestra historia como pueblo: encontramos a Hashem dándonos la Torá. Es casi Shavout, el 6.º día del mes de Sivan, momento en que hará exactamente 327 años de aquel día grandioso.
¡Bienvenido a Generation Sinai 2015!
El tema de este año es algo que tiene gran interés para mí.
Siempre me sorprende cómo podemos seguir el rastro a nuestra cadena de tradición hasta remontarnos a ese día trascendental en que recibimos la Torá de Hashem en el monte Sinaí. Me puse a pensar en lo poderosa e importante que es la conexión entre cada generación, y me vino a la mente una historia sobre mi bisabuelo Kalmin Meir Goldstein que puede verse en generationsinai.com. Me encantaría escuchar tus
historias acerca de tu tradición familiar. Envíalas por correo electrónico en office@chiefrabbi.co.za
Disfruta de tu aprendizaje conjunto, El gran rabino Warren Goldstein
GARANTIZADO PARA SIEMPRE
Siete semanas después de abandonar Egipto, el pueblo judío finalmente llega al Sinaí.
Una ola de emoción invade el ambiente a la par que todo el mundo se prepara durante tres días para el evento más importante de sus vidas: la recepción de la Torá.
Cerca de 3 000 000 de hombres, mujeres y niños se reúnen al pie del monte Sinaí, como una persona con un solo corazón. Este era el momento que había estado esperando. El mundo entero se detiene; ni siquiera se escucha el canto de un pájaro. Este es el día que cambiará el destino judío y el mundo para siempre.
Un negro nubarrón desciende sobre la montaña y la llamada poderosa del shofar se puede escuchar en el mundo entero mientras Hashem está a punto de darnos la Torá. Antes de Hashem nos pudiera dar la Torá, quería estar seguro de que íbamos a cuidar de ella.
En el Midrash (Shir Hashirim Rabá 1:24), podemos leer acerca de lo sucedido.
Hashem dijo al pueblo judío: “Os daré mi Torá, pero¿cómo sabré que va a conservarse para siempre.?” La gente responde a Hashem, diciendo que, con tan grandes y santos antepasados y antepasadas, seguramente se les podía confiar tan preciado obsequio. Esto no convenció a Hashem. El pueblo judío dijo de nuevo: “¡Nuestros profetas se asegurarán de que protegemos la Torá y sus leyes!” De nuevo, esto no fue suficiente para convencer a Hashem.
El pueblo judío dijo después: “¡Nuestros hijos, en cada generación, se asegurarán de que conservemos la Torá para siempre!” El Santo, bendito sea, dijo: “¡Yo creo que los niños cuidarán y protegerán este obsequio! ¡Gracias a ellos, os confiaré la Torá!”
Abraham, Isaac y Jacob, junto con Sara, Rebeca, Raquel y Lea, fueron tan grandes que ellos merecían ser los padres y madres fundadores del pueblo judío.
Cada profeta alcanzó niveles más altos de santidad y conexión con Hashem de lo que podemos imaginar hoy.Sin embargo, fueron los niños en los que confiaba Hashem para proteger nuestra preciada Torá para la eternidad. La Torá fue dada para siempre. Hashem necesitaba una garantía para el futuro.
¿POR QUÉ FUERON LOS NIÑOS LOS QUE HICIERON QUE HASHEM SE SINTIERA SEGURO DE QUE LA TORÁ SE CONSERVARÍA PARA SIEMPRE?
Por muy buenas que sean las generaciones pasadas, una garantía se basa siempre en el futuro. En el monte Sinaí, nuestros antepasados aceptaron la Torá no solo para ellos en ese momento, sino que la aceptaron para todas las generaciones venideras. Ellos pusieron su esperanza en sus hijos y en los hijos de sus hijos para continuar aceptando la Torá en cada generación.
60 ABUELITAS AL SINAÍ
Hashem ha confiado en nosotros, Sus hijos, para que cuidemos Su Torá de generación en generación. ¡Es un gran honor!
Después de darnos la Torá, Hashem nos dice que debemos recordar el momento para siempre.
Devarim 4: 9,10
Ten mucho cuidado de no olvidar las cosas que tus ojos han visto y no dejar que estas cosas abandonen tu corazón, todos los días de tu vida; y deberás hacérselas saber a tus hijos y a los hijos de tus hijos;
El día que estuviste delante de Hashem tu Di-s en Horev (Monte Sinaí).
Es a partir de estas palabras que aprendemos lo importante que es que los padres enseñan a sus hijos acerca de la entrega de la Torá.
NO ESTÁBAMOS EN EL SINAÍ, ASÍ QUE ¿QUÉ TE PARECE LA TORÁ SIGNIFICA CUANDO DICE: “LAS COSAS QUE TUS OJOS VIERON” Y “QUE ESTUVISTE DELANTE DE HASHEM”?
Nuestra conexión de una generación a otra es tremendamente fuerte y directa, es como si estuviéramos realmente allí. La confianza entre los padres y los niños, al recibir la Torá de una generación a la siguiente nos permite sentirnos como si estuviéramos en el monte Sinaí nosotros mismos. La Guemará cita estos versos para aprender esta idea:
Talmud babilónico, Kidushin 30a
El rabino Yehoshua Ben Levi dijo: El que enseña a su nieto la Torá, es como si hubiera recibido la Torá en el Monte Sinaí.
¿CUÁLES CREES QUE SON ALGUNAS BUENAS IDEAS QUE PODEMOS LLEVAR A CABO PARA ASEGURARNOS DE QUE LA TORÁ SE MANTIENE VIVA DE UNA GENERACIÓN A LA SIGUIENTE?
Cuando padres e hijos o abuelos y nietos estudian la Torá juntos, es como estar estudiando al pie del monte Sinaí, recibiendo la Torá directamente de Hashem.
A través de un padre y una madre, Hashem le da a un niño más que la mera vida física. Los padres son el eslabón que nos conectan con nuestro pasado. De nuestros padres recibimos la tradición de la misión judía, que está conformada por nuestra educación, código de conducta y educación. Nuestros padres nos enseñan la historia de nuestro pueblo y la Torá, de forma que finalmente podamos traspasarlo a nuestros propios hijos.
Igual como miramos a nuestros padres, así nos mirarán algún día nuestros hijos. Sin esta conexión entre padres e hijos, la cadena de generaciones se rompe y las esperanzas del pasado judío se pierden para el futuro.
Rabino Samson Raphael Hirsch (Alemania, 1808-1888)
Esta cadena es tan importante porque nos conecta a todos a la entrega de la Torá en el Monte Sinaí. Esta cadena se ha asegurado de que la Torá que todos aprendemos hoy es idéntica a la Torá que Hashem nos dio originalmente.
El año judío es 5775. La Torá fue entregada en 2448. Eso significa que la Torá fue entregada hace
años. Una generación equivale a 25 años, por lo que ha habido 133 generaciones desde la entrega de la Torá hasta hoy, y alrededor de 60 pares de abuelos si se salta cada segunda generación.
¿Te imaginas a la abuela de tu abuela?
¿Te imaginas a la abuela de la abuela de tu abuela?
Ahora, ¿puedes imaginarte a la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de la abuela de tu abuela?
¡Bueno, ella estaba en el Sinaí!
Del mismo modo que cada uno tenemos nuestra propia historia familiar, tenemos un legado que pasa de de maestro a alumno y se remonta a Moshe.
La primera Mishná en Pirkei Avot describe la transmisión de la Torá de Moshé hasta el final a los hombres de la Gran Asamblea, que vivieron 1000 años después.
Pirkei Avot 1: 1
Moisés recibió la Torá en el Sinaí y la transmitió a Josué; Josué a los ancianos; los ancianos a los profetas; y los profetas entregaron a los hombres de la Gran Asamblea.
Pirkei Avot comienza describiendo la transmisión de la tradición judía desde el Sinaí y Moisés en adelante. El judaísmo es una cadena ininterrumpida que pasa de padres a hijos, de maestro a alumno, de los líderes a los miembros de la comunidad. Es principalmente una fe de comunicación entre generaciones. Se basa en el hecho de que nuestros antepasados no mentían, que personalmente fueron testigos de la entrega de la Torá en el monte Sinaí, y personalmente sabían todos los hombres y mujeres escrito sobre en nuestros libros de historia.
El rabino Berel Wein (Jerusalén, 1934 – presente)
Pirkei Avot: Enseñanzas para nuestros tiempos (Avot 1: 1)
¿Sabías que todas las ideas que estamos aprendiendo hoy se pueden remontar directamente a Moshé en el monte Sinaí? Esta cadena enumera cómo pasó la Torá de los rabinos a los estudiantes desde Moshé hasta la actualidad.
¡Abarca 3327 años y no hay una sola brecha! Cada año se contabiliza. ¡Es asombroso!
Este es solo un ejemplo de millones de cadenas iguales, que nos vinculan directamente al Sinaí. Echa un vistazo a cómo te has convertido en un eslabón de esta cadena increíble hoy. Cada vez que se aprende sobre la Torá con sus rabinos,
maestros y padres de familia, te estás convirtiendo en parte de este legado vivo.
CREANDO EL FUTURO
Guemará Berajot 64a
“Y todos tus hijos son estudiantes de Hashem, y sus hijos tendrán paz en abundancia”. No los consideres tus hijos, “banim”, sino más bien tus constructores, “bonim”.
Las palabras “banim” y “bonim” en hebreo son muy similares. “Banim” significa “niños” y “bonim” significa “constructores”.
La Guemará cambia las palabras, y nos dice que cada niño es un constructor de nuestro futuro.
Cada niño aprende acerca de nuestros valores judíos, las leyes y la herencia de sus padres y luego los transmite a sus propios hijos. De esta manera estamos construyendo el futuro de una generación cada vez, al igual que nos gustaría construir una casa ladrillo a ladrillo. ¿No es maravilloso pensar que todos y cada uno de nosotros juega un papel tan importante en la construcción del futuro?
SECRETOS DE LA NATURALEZA
Malbim Tehilim 145: 4
“De generación en generación celebrarán tus obras”. (Tehilim 145: 4) Hay un tipo de alabanza que crece de un día para otro. Cada generación que ahonda en las obras de Hashem y descubre los secretos de la naturaleza, va a reconocer en ellos la sabiduría y maravillas ocultas anteriormente. Cada generación va a alabarle con la comprensión adicional de la bondad y la sabiduría de sus obras. La próxima generación verá que la anterior no entendía totalmente las acciones de Hashem.
A medida que aprendemos más sobre la ciencia y la naturaleza, nos volvemos más conscientes de la belleza y el detalle de la creación de Hashem. Nuestros antepasados nunca tuvieron el privilegio de ver las células humanas a través de un microscopio, ni de ver la maravilla del universo a través de un telescopio. Ellos nunca volaron en un avión a través de las nubes ni miraron la belleza del mundo desde ahí arriba.
Ellos nunca vieron crecer a un bebé, semana a semana, en el vientre de su madre, ni entienden la complejidad del cerebro humano.
El genio matemático, ingeniero y biológico de la creación de Hashem solo ha salido a la luz con el avance de nuestra comprensión en estos campos. A medida que la sociedad evolucione, seguiremos encontrando muchas más razones para apreciar la grandeza de Hashem.
